Convive con el dulce sin que lo ocupe todo

Hay algo que me pasó en la alimentación de mi peque y que reconozco en muchas familias con las que trabajo.

Cuando empieza la alimentación complementaria, todo se llena de ilusión.

Piensas: “Qué maravilla que pueda formar parte de nuestras comidas”.

Te emociona que pruebe cosas nuevas, que se manche la cara de tomate, que se coma medio plátano con una sonrisa.

Ahí no tenías que romperte la cabeza pensando si se va a obsesionar con el dulce, o qué hacer para que no sea lo único que coma

Sin embargo….

Cuando tu peque empieza el colegio.


Ya no puedes esconderlo de la realidad.


El entorno cambia.

Los cumples, los amigos, los abuelos, las cenas fuera.

Y ese escenario idílico empieza a torcerse.

Todo lo que parecía natural empieza a requerir estrategia.

  • Tu peque se come lo dulce y lo demás lo deja intacto.

  • Te pide más galletas después de haber comido unas cuantas.

  • Te ves rompiendo tus propios límites mientras por dentro piensas:
    “Por favor, que no se la coma, que al menos la deje a medias.”

Empiezas a preguntarte si no será mejor eliminar el dulce por completo, porque lo de ser flexible… no te está funcionando.
Y luego dudas de ti misma. Porque, ¿y si justo eso lo hace desearlo más?

Te sientes mal al poner el límite.

Pero es que no está comiendo nada más.

Y tú, como madre, sabes que necesita más que azúcar para crecer.

Pero a ti también te gusta disfrutar del dulce,

Y es que antes de ser madre,

no es que te comieras un donut después de cada comida,

Pero sí disfrutabas de alimentos dulces sin demonizarlos y quieres seguir haciéndolo

Sin culpa, sin obsesión.

Y te imaginabas que eso iba a continuar después de ser madre

Pues eso fue lo que me pasó a mí.

Yo no quería demonizar el dulce, de verdad que no.

He querido educar sin miedo, sin premios ni castigos, y con coherencia.

Pero cada vez que lo veía ignorar el plato entero y centrarse solo en la galleta, me ponía de los nervios, notaba ese calor subiéndome a las mejillas y el peque lo percibía


Me sentía incompetente, frustrada, incluso cabreada con él.

Yo quería que el dulce fuera una parte más de su alimentación,
pero poco a poco fue ocupando todo el espacio.

Lo demás lo ignoraba.
Comía solo si había algo dulce a la vista.

Y si no, la comida se convertía en una lucha silenciosa entre su deseo y mi paciencia.

Me frustraba, y mucho.
Porque no era que no le ofreciera otros alimentos.

Era que los miraba como si fueran invisibles.
Y yo, como madre, sentía la responsabilidad de sostener eso… sin saber cómo.

Porque yo solo quería que comiera.

Y no es que yo tenga miedo al azúcar. Pero por favor… que coma algo más también.

En esos momentos no necesitaba a alguien que me dijera:
“Tranquila, no estás sola.”
Lo que necesitaba era entender qué estaba haciendo mal.
Que alguien respondiera a mis preguntas reales:

  • ¿Qué hago si me pide más galletas y ya se comió unas cuantas?

  • ¿Qué hago cuando los abuelos le dan dulce aunque no haya probado bocado?

  • ¿Y si vamos a un restaurante y lo primero que pregunta es si hay postre?

  • ¿Qué hago si solo se sienta a comer cuando hay algo dulce en el plato, y si no, pasa completamente?

¿Cómo se hace para que deje de parecer un psicópata del dulce?

En este curso no solo te doy lo práctico.

También vamos a entender las razones detrás de esa obsesión.

🔍 Vas a saber detectar si hay restricción cognitiva y cómo evitarla. Si, esa restricción que puede que estés aplicando y ni siquiera te enteres, porque aunque le pongas dulce habitualmente o no estés contando en alto las galletas que se come, la forma en la que le presentas el dulce o lo que se crea en ese momento puede verse como un momento de escasez


🧠 Vas a entender la personalidad de tu peque como comensal, según el estadío de neurodesarrollo en el que se encuentra, para saber que poder esperar de él o ella y como actuar en base a esa personalidad


🍭 Vas a aprender cómo exponerlo al dulce de forma equilibrada, sin que lo domine todo, no es tanto las veces que tiene el dulce presente sino como actuáis cuando el dulce esta ‘‘permitido’’


📊 Y lo más importante: vas a dejar de mirar al pasado con añoranza, y de suspirar cada vez que se acerca la hora de comer, porque encontrarás algo que te ancle al presente con la alimentación de tu peque

Dulces sin Obsesión es el curso al que volverás cuando pases por momentos rudos en la alimentación porque te aterrizará de nuevo a la realidad

Si aún dudas de si es para ti, piensa si te sientes identificada con algunas de estas frases:


 “Rompo mis propios límites cada vez que cede por cansancio.”
 “Se come el brownie del tupper y deja el arroz con verduras.”
 “No quiero convertir el dulce en tabú, pero tampoco en el centro de todo.”


✔ Tu hijo parece necesitar el dulce para funcionar: para sentarse, para terminar, para disfrutar.
✔ Has intentado no prohibir… y aún así sientes que estás en guerra con la galleta.
✔ Quieres un enfoque que combine el respeto con el realismo.
✔ Buscas herramientas claras, no una filosofía confusa.


Es una guía clara, realista y respetuosa para madres que quieren salir del bucle del “¿le doy o no le doy?”, y recuperar el control sin perder el disfrute.

Y algo muy importante también es que

Con todo el conocimiento que te doy vas a saber adaptarlo a tu dinámica familiar y valores,

Ya sea que te gusta consumir local y fresco

O no te importe tener galletas en casa pero consideras muy importante que la fruta, verduras y otros alimentos formen parte de su alimentación

Lo que te vas a encontrar en el curso:

MÓDULO 1 — El inicio del descontrol: qué está pasando realmente

  • ¿Por qué tu peque parece “obsesionado”? (no es adicción)

  • La diferencia entre deseo natural y dulce como refugio o distracción.

  • Señales de desajuste: cuándo el dulce ha ocupado demasiado.

  • Qué es la restricción cognitiva (y cómo puede existir incluso sin prohibiciones).

  • Las frases y dinámicas familiares que sin querer refuerzan la obsesión.

MÓDULO 2 — Tu mirada: cómo acompañas tú

  • Cómo regular tu ansiedad frente a lo que come y lo que no.

  • ¿Por qué te cuesta sostener límites claros? (teoría + ejemplo).

  • El papel del entorno: abuelos, pareja, escuela, cumpleaños.

  • Qué hacer cuando te contradicen delante del peque.

  • Cómo sostenerte sin entrar en lucha.

MÓDULO 3 — Su personalidad como comensal

  • ¿Qué tipo de niño tienes delante? (perfil explorador, controlador, evitativo, flexible).

  • Cómo influye su temperamento en su relación con el dulce.

  • Por qué algunos niños lo buscan más que otros.

  • Cómo interpretar rabietas, demandas y comportamientos repetidos.

  • Qué hacer cuando “parece que no se sacia”.

MÓDULO 4 — Estrategias prácticas para el día a día

  • Cómo exponer al dulce sin reforzar la obsesión.

  • Ideas para incluirlo en comidas sin hacerlo protagonista.

  • Frases para usar (y las que es mejor evitar).

  • Qué hacer en restaurantes, casas ajenas, coles y fiestas.

  • El papel del modelaje: lo que ve, lo que interpreta, lo que siente.

MÓDULO 5 — Cómo recuperar el equilibrio en casa

  • ¿Hace falta eliminar el dulce? ¿Reducirlo? ¿Regularlo? ¿Cómo?

  • Cómo decidir qué tipo de estructura necesita tu peque según lo que vives.

  • Qué rol debe tener el dulce en una familia que quiere educar sin extremos.

  • Cómo mantener el disfrute sin convertirlo en campo de batalla.

💡 Después del curso vas a…

✅ Saber cuándo ceder y cuándo sostener, con seguridad.
✅ Tener claridad para manejar el dulce sin improvisar.
✅ Poder ofrecerlo sin miedo ni culpa.
✅ Dejar de sentir que tu hijo necesita el dulce para sentarse a comer.
✅ Volver a disfrutar de las comidas sin negociar cada bocado.

💬 Algunas preguntas que ya me han hecho

¿Esto es solo para madres que restringen el dulce?
No. Muchas madres que no restringen se enfrentan a este problema igual.
Esto es para quien ve que el equilibrio ya no está.

¿Es nutrición? ¿Es crianza?
Es ambas. Y sobre todo, es práctica. No vas a salir con más culpa. Vas a salir con ideas claras y accionables.

¿Funciona si tengo más de un hijo?
Sí. Te doy recursos para manejar esta dinámica con más de un peque en casa.